Si hay algo que me entretiene y a veces me obsesiona es tratar de mantener en el mejor estadio posible aquellas cosas que valoro. Cuidar el pavón de los metales, sacar brillo a los cromados, lubricar los mecanismos es parte de toda esa entretención.
¿quién no se ha vuelto proclive a usar WD-40 en cada bisagra que hay en la casa, como si su vida dependiera de ello?
Bueno, algo similar ocurre en mi metro cuadrado. Y esta vez fue el turno de probar un viejo consejo que había escuchado ya hace algún tiempo: el uso de aceite de coco en la madera. Así como lo oyen, me detuve en una farmacia y por menos de mil pesos (US$2) compré una botella de 30 cc de aceite de coco.
Realice la aplicación del aceite con un paño de algodón a lo largo de la culata de madera, lo cual inmediatamente tuvo resultados de brillo y lustre en la madera.
El resultado fue de mucho brillo y lustre, cualquier exceso debe retirarse con otro paño de algodón.
También probé el aceite sobre madera recién lijada. Para eso lo apliqué sobre un nunchaku que hice para mi hijo y aquí tuvo un comportamiento distinto el aceite, oscureciendo la madera y dandole un bonito tono café oscuro.
En esta foto pueden comparar el distinto tono del palo recién lijado y el que tiene aceite, al lado derecho.
En esta última foto el resultado final de ambos palos con aplicación de aceite de coco.
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